Alicia Dellepiane
Con las manos temblorosas, Harry le dio la vuelta al sobre y vio un sello de lacre púrpura con un escudo de armas: un león, un águila, un tejón y una serpiente, que rodeaban una gran letra H.
Harry Potter nunca había oído nada sobre Hogwarts cuando las cartas comienzan a caer en el felpudo del número cuatro de Privet Drive. Escritas en tinta verde en un pergamino amarillento con un sello morado, sus horribles tíos las han confiscado
"-Entréguenme a Harry Potter -dijo la voz de Voldemort- y nadie sufrirá ningún daño. Entréguenme a Harry Potter y dejaré el colegio intacto. Entréguenme a Harry Potter y serán recompensados."
Mientras se sube al sidecar de la motocicleta de Hagrid y trepa a los cielos, dejando Privet Drive por última vez, Harry Potter sabe que Lord Voldemort y los mortífagos no están lejos. El encanto protector que ha mantenido a Harry a salvo
"En efecto, suspendido en el cielo encima del castillo, había un reluciente cráneo verde con lengua de serpiente, la marca que dejaban los mortífagos cuando salían de un edificio donde habían matado..."
Una noche de verano, cuando Dumbledore llega a Privet Drive a recoger a Harry Potter, su mano derecha se torna oscura y marchita, pero no explica la razón. Los rumores y las sospechas se están extendiendo a través del mundo mágico,